sábado, 4 de septiembre de 2021

Dos joyas injustamente olvidadas: La zarina y Avanti

 

Hay muchas maneras de acercarse a la realidad. La frivolidad es una de ellas, una manera divertida que parece inofensiva, aunque pueda contener más eficaces cargas en profundidad que muchas miradas serias y graves. Pero aun cuando venga por lo general cargada de crítica social, su ropaje liviano la hace más tolerable. Es el caso por ejemplo de las comedias de Oscar Wilde que en esencia eran acerados dardos burlescos sobre su sociedad, pero disparados con la ligereza de una broma atrevida. O también el de tantas risueñas sátiras del cine de Lubitsch, siempre azuzando a la corrección política en el desarrollo de sus historias sofisticadas y desenvueltas, y deshaciendo con una sonrisa las convenciones sociales.

   La zarina (A Royal Scandal, Preminger, 1945)

En esta línea se mueve La zarina (A Royal Scandal, Preminger, 1945). Y no es extraño porque aunque Otto Preminger la remató, empezó siendo obra de Ernst Lubitsch y este cambio en la dirección perjudicó el lanzamiento de la obra, sobre todo porque Preminger, que tal vez no tuviera un buen recuerdo del doblaje, renegó de la película. Así, a pesar de su calidad no ha alcanzado la misma difusión que otras historias de este director y mucho menos de las de Lubitsch, sino que ha quedado un poquito arrinconada, y cuando por fin se descubre produce gran sorpresa su general desconocimiento. Porque se trata de una película muy destacable donde el resultado no se resiente del cambio en la dirección, como con frecuencia sucede en casos semejantes, sino que el desarrollo de la historia mantiene su gracia y su solidez, mezcla de las virtudes de cada cineasta: la ironía de Lubitsch y la pericia de Preminger.

En resumen se trata de una comedia frívola, alegre y pícara, bien realizada e interpretada, con un diseño sobrio de producción que la aleja de la opereta donde fácilmente podría haber caído y, aunque por fortuna no lo hizo, quizá Preminger estuvo tentado a derivar en esa dirección. De hecho, pocos años después realizaría con buenos resultados una versión de El abanico de Lady Windemare (The Fan, 1949) en clave de opereta.

La zarina transcurre en la corte de Catalina la Grande mientras flotan en el ambiente ruso aires de subversión, y en esa atmósfera y ese contexto, bruscamente entra en escena, en palacio y ante la soberana, Alexei Chernoff apuesto teniente de su majestad, denunciando ciertos planes de traición que ponen en peligro la vida de la emperatriz. Ésta, impresionada más por la belleza del soldado que por la noticia que porta, le incorpora al momento a su ámbito más cercano. La emperatriz se encuentra en esa etapa en que su belleza juvenil empieza a declinar y la presencia del guapo mozo reaviva sus instintos. Enseguida le asciende, le engalana con aparatosos uniformes y desde luego trata de seducirlo con todas sus artes. El joven, encantado con gozar de los atractivos de la corte y de tantas e inesperadas mercedes, se va distanciando de su prometida y amoldando a esa fascinante vida de lujo que le ha caído en suerte, pero es algo sordo a los requerimientos amorosos de su soberana. Las escenas entre la zarina, con sus pataletas, fingimientos y todo tipo de insinuaciones eróticas y el oficial, que parece no enterarse de nada, resultan, en ese contraste de actitudes, extremadamente jocosas. Tampoco es ajeno a ello el ingenio chispeante de los diálogos y la sabia dosificación de los momentos cómicos. 

El resultado es una película divertidísima, con momentos hilarantes y un ritmo perfectamente contenido, sin altibajos, que se sigue con placer desde el inicio hasta el final.

Respecto de Avanti (1972), distribuida en España bajo el incómodo título de ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?, por cierto copiado del que con el mismo torpe criterio le impusieron en Italia, es una magnífica comedia de Billy Wilder digna de figurar entre sus mejores creaciones, pero que sorprendentemente no ha conseguido un gran reconocimiento. Tal vez se deba al elemento de humor negro que la historia destila, ya que nos va a contar el encuentro de una pareja a quienes lo que les acerca es el entierro de sus padres. O quién sabe qué otra causa ha menguado su éxito. El caso es que en común con La zarina tiene ese punto de película algo inmerecidamente esquinada.

El argumento es el siguiente: Wendell Armbruster, (Jack Lemmon), un alto ejecutivo estadounidense de mediana edad, tiene que desplazarse al sur de Italia, donde en un accidente de coche acaba de fallecer su padre, para proceder a repatriar el cadáver. Apresurado, estresado, malhumorado, lleno de prejuicios y complejos de superioridad respecto de ese lugar del sur de Europa, llega impaciente y expeditivo al hotel de Ischia donde regularmente vacacionaba su progenitor y donde es recibido con extremada cortesía como corresponde a la penosa situación, y al hecho de tratarse del hijo de un muy buen cliente.

¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre? (Avanti, Billy Wilder, 1972)          

Lo que él ignora al llegar es que con su padre ha muerto además una mujer que viajaba a su lado, una inglesa con quien periódicamente este mantenía citas románticas todos los veranos. Por el contrario, Pamela Pigott (Juliet Mills), la hija de la difunta, que también ha acudido para afrontar el hecho luctuoso, y con quien necesariamente Armbruster tendrá que coincidir, sí está al corriente de la relación amorosa entre ambos. Y, aunque la situación no parece la más adecuada para la risa, los espectadores asistimos divertidísimos al desarrollo de la trama, a las diferentes actitudes de la pareja frente a la situación, los equívocos y malentendidos que se suceden entre ellos, las escenas comprometidas, la picaresca local, la burocracia italiana, la prepotencia americana… todo ello adobado con unos diálogos ingeniosos y secuencias extremadamente hilarantes, que por momentos, hacen de esta película, casi un vodevil, una comedia romántica.


Porque ni que decir tiene que los hijos de los amantes, ambos de mediana edad y aspecto más o menos corriente, algo gruñón él, algo redondita ella, acabarán repitiendo la historia de sus padres a pesar de la condición de casado del rígido y severo Wendell Armbruster y de la obsesiva preocupación por su peso de la atolondrada Pamela Pigott, siempre acomplejada con su estética. Y ello se produce bajo la brillante luz del Mediterráneo, la belleza del lugar y la melodiosa música italiana.

  ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre? (Avanti, Billy Wilder, 1972)

Estupendamente interpretada por la pareja protagonista, justo es señalar además que están arropados por acertados secundarios, en especial Clive Rivell, perfecto en su papel de director de hotel, comedido e imperturbable ante las situaciones más catastróficas. Diversión y carcajadas aseguradas en esta comedia romántica, satírica, frívola, negra, de enredo… que de todo ello está compuesta esta creación del genial Billy Wilder.

(En este blog, también sobre Billy Wilder: Alfred Hitchcok y Billy Wilder. Y sobre sus películas: Llorar de risa (Con faldas y a lo loco), El muro de Berlín (Un dos, tres), Algunos remakes de obras literarias (Primera plana) Amores de perdición (Perdición)

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